De edad, trabajo y corazones


No quería escribir el primer artículo del año sobre esto, pero me seguía rondando por la cabeza. Y normalmente es mejor deshacerse de ese runrún.

Vuelvo a enlazar en cierta forma con mi naturaleza de cardo setero común manchego. Pero esta vez los protagonistas no son los "caris" que me perseguían por Ikea. Son unos derivados: los "corazones". Y no sé qué es peor. Es decir, sí lo sé cuando los contextos son diferentes. Y si de por medio aparecen temas tan de uno como la edad y las circunstancias, te puedes esperar cualquier cosa.

Situémonos. Madrid. Finales de diciembre pasado.

Búsqueda de mejora de mi situación profesional porque no anda nada fina. De nuevo moviendo CV, trabajo en la red (el famoso networking para los amantes de los anglicismos, que esos también son para echarles de comer aparte), preguntando aquí y allí, recabando información.

Me llaman desde un sitio de formación de personal para hoteles: recepcionistas, camareras de piso, administración, etc. Tengo algo de experiencia y medio controlo la parla sajona. Así que voy a informarme.

Pleno centro de Madrid. Llueve a cántaros, el metro se ha retrasado y yo, puntual de siempre, me desespero porque voy cinco minutos tarde. Llego resoplando, el paraguas chorreando, el portafolios, bolso, abrigo, sofoco... 

Edificio antiguo, enorme, un par de plantas, la primera acondicionada con varias aulas. Me recibe una chica joven, rubia, buena presencia, educada... En fin, bien. Nos sentamos. Tiene mi CV encima de la mesa y lo mira cuando me pregunta qué edad tengo y si sé inglés. Lo está mirando, sí, pero no leyendo.

Hay un 1970 en primer lugar y una licenciatura en Filología Inglesa inmediatamente después. Lo de las licenciaturas ya ha pasado a la Historia, pero, al menos, todavía puede presuponerse que algo de inglés igual sí sé.

Yo primero respondo solamente que soy de ese 70. «Puedes ajustar», añado. Y como, o no ha leído, o no ha querido leer, o igual la chica no es de ciencias, (yo tampoco, pero mis años me los sé), remato con un «46». Ella me remata a mí: «¿Sí? Ah, pues como mi madre entonces».

Primer misil. A la línea de flotación. El segundo va seguido porque me pregunta si sé inglés. Y ahí mi dedo índice ya va solo. «Mira, ahí lo puedes leer». Débil defensa, pero algo es algo. Ella asiente, tampoco mucho.

Yo me pongo a contar un poco de mi experiencia en el sector de atención al cliente. Tono distendido, de ni me ha rozado el misilazo. Pero invoco la edad de mi carnet: «Hace ya tiempo, claro», comento, casi para recalcarme a mí misma que sí, que tal vez no es mucha experiencia, pero suficiente. Y sobre todo que la tengo, así como de otras más cosas precisamente por esos 46 julios que me contemplan. Termino con que solo he ido a informarme.

«Sí, bueno, para administración entonces. Para recepción siempre es personal joven», sentencia la chica. Segundo misil a la sala de máquinas. 

Yo también asiento. «Claro, claro, personal más joven». Porque igual puedes tener 20 años de experiencia detrás de una recepción, pero ya, pasados los 40 y desde luego los 45, pues tiene que ser alguien más joven. Quizás incluso hasta para el turno de noche. Ya ni funciona el dicho de que por la noche todos los gatos son pardos. Tienes que ser una gatita de 25. Bien, puedo aceptarlo. Ya lo fui. Hay quien no llega.

Después, me explica cómo funcionan ellos, los hoteles a los que proveen de personal, cuánto dura y cuánto cuesta el curso de formación, etc. Todo impecablemente, con buena voluntad y eficiencia. 

Yo me muestro interesada, me llevo la información y anoto su móvil para darle una respuesta cuanto antes, porque hay que reservar plaza, etc.

Por último, ella me acompaña por los interminables pasillos recorridos anteriormente y me enseña las aulas. Acabamos de nuevo en el vestíbulo y ahí nos despedimos. Ella, ya amiga de toda la vida, pone su mejor sonrisa y dice:

«Bueno, ya sabes, corazón, con lo que sea, me llamas».

Ese corazón ha sido letal. El puente de mando salta en pedazos. Tocado y hundido. 

No me importa el tuteo, es más, lo busco cuando viene de contextos y gente que lo hacen apropiado. Por educación a todos nos han enseñado a tratar de usted. Primero a las canas, después por la deferencia ante alguien a quien no conoces o que está en una posición o circunstancia determinada. Pero tendemos al tuteo, no por familiaridad, sino por comodidad quizás ante todo con nosotros mismos.

Sin embargo, del tuteo al "corazón" va un mundo. Donde sea, con quien sea y, en especial, en ciertas circunstancias que desde luego no son de corazón de melón.

La cuestión es que, como los "caris", estos "corazones" que quieren mostrar cercanía o empatía en precisas, y equivocadas, situaciones se están extendiendo demasiado por el panorama. O eso es al menos lo que me parece a mí. Y habría que hacérselo mirar. Sobre todo, porque con la edad de cada cual nunca se sabe. Y a mí la mía siempre me la calculan mal y, afortunadamente, por lo bajo. Quizás es que no la aparento.

Así que tienes 46 años (o 53 o 40 o 35 o 62), ya no puedes aspirar a determinados puestos de trabajo, pero con lo que sea, llámame, corazón. 

Es lo que hay... Vocación de Anne Igartiburu. 

Prometo que a la próxima volveré con mis chicos, mis libros, mi música y mis pelis.

Comentarios

  1. Qué grande eres Mariola, lo de corazón es... MUY FUERTE

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  2. Te ha salido una "chispa" muy necesaria en ciertos momentos.Muy bueno

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    1. Como no salga esa chispa de vez en cuando, apaga y vámonos... Muchas gracias.

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  3. corason corason partío jajajajajajajaja

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    1. Partío del to, Seirita, je, je, je... Pero recompuesto otra vez.

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  4. Hola, Mariola. Me ha encantado leerte, porque lo haces muy bien y porque no he podido evitar identificarme contigo. A mí también una chica de voz aterciopelada y encantadora me llamaba corazón y cariño entre frases condescendientes y amenazas de despido. Ya tengo 48 años y "una frágil salud de hierro" (Valle Inclán)y eso es algo que en España muchas empresas no pueden tolerar (lease: Mercadona).
    Un saludo y un beso, guapa.

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    1. Juan Ramón, un abrazo. ¡Qué alegría tenerte por aquí! Como siempre, muchas gracias por tus palabras. A ver si te leo más cosas yo a ti, que hace mucho. E identifiquémonos por esas palabras que también sabemos escribir, ademe por estas anécdotas.
      Lo dicho, otro beso.

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  5. Muchas gracias por vuestros comentarios. Me alegro de que os haya gustado u os hayáis sentido identificados. Mi intención, más que valorar más o menos la edad, ha sido recalcar esa tan extendida y en muchos casos inadecuada familiaridad que hay en todos los ámbitos.

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  6. Buenas tardes Mariola, traslada lo tuyo a mi persona y más soy contable he trabajado en dos entides financieras y 37 de experiecia. Bueno la última entrevista que tuve su última frsse fue "a seguir buscando trabajo" simplemente le espeté que ella también tendría mi edad si su malas formas le dejara. Esto no tiene nombre, un saludo

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    1. Perdón no puse mi edad son 57

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    2. Hola, Miguel. Gracias por tu comentario.
      Ya he visto cuántos compartimos anécdotas similares. En fin, como digo, es lo que hay.
      Más saludos.

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  7. Mariola, de manchego a manchega, creo que en el fondo nos encontramos con falta de educación en el más amplio y estricto sentido de la palabra. He sido directivo de una empresa financiera ( ahora estoy prejubilado) y he tenido bajo mis dirección unas cuantas personas como la que te entrevistó. Raro es que no te soltara algún "palabro"...
    Yo hablo inglés pero nunca se me ha ocurrido manejar los términos como en este mismo medio lo hacen ...¡ con lo grandioso que es nuestro idioma y la cantidad de key managers y CEO se ven por aquí. ¿ Profesión? Soy CEO en mi fontanería....y eso unido a la arrogancia de una juventud en muchos casos poco "trabajada"...Como dicen en Galicia " el gallego si no trabaja, emigra "...es el caso de mis hijos que se han hecho londinenses....mientras aquí tenemos estos ejemplos. En fin te deseo suerte pero lo que más te deseo es que mantengas la dignidad ante chiquilicuatres. Un saludo Mariola

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    1. Jm, ante todo, encantada de saludarte, paisano. Comparto cada una de tus palabras, en especial, las de que efectivamente lo que nos falta es educación en ese más amplio y estricto sentido de la palabra. Esa es la cuestión. Lo demás (desidia, desinterés, poco cuidado y mucha metedura de pata) viene por añadidura. Muchas gracias por tu comentario y, sin duda, me aplico tu deseo de conservar esa dignidad. Es lo que yo también más espero conservar por encima de todo. Otro gran saludo.

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  9. Encantada de conocerte, Mariola!. Me siento muy identificada con lo que cuentas. Pero quizás, si vivieras en mi zona, te quedarías ojiplatica de oír que te llaman "cariño" a la menor ocasión. Personas a las que no conoces de nada, por supuesto... En fin, después de casi 18 años por estos lares, ésto y el tuteo aún me chirría.
    Suerte en la búsqueda del nuevo Grial!. Con tu edad aún se pueden hacer millones de cosas. Y con la mía, también. La cuestión es que el resto del mundo se entere.
    Un saludo!!

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    1. Hola, Nanny. Encantada.
      No, no puedo quedarme ojiplática porque ya ves que la moda cardíaca se ha extendido por todas partes. Esa es mi queja sobre todo.
      Muchas gracias también por tus deseos de suerte. Yo los reparto también a todos los que nos encontramos en una situación laboral precaria.
      Un saludo.

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